18 pingüinos hallados en estado de desnutrición regresaron al mar luego de ser rehabilitados

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Las aves marinas fueron rescatadas en distintas localidades del Partido de la Costa, y en las ciudades de Pinamar, Valeria del Mar, Villa Gesell, Bahía Blanca y Berisso. Se rehabilitaron en la Fundación Mundo Marino por presentar cuadros de desnutrición y deshidratación. Con su regreso al mar, el Parque Educativo Mundo Marino junto a la Fundación Mundo Marino, superaron los 10.000 animales asistidos en sus más de 40 años de trabajo.

San Clemente del Tuyú, 13 de mayo. Un grupo conformado por 17 pingüinos magallánicos (Spheniscud magellanicus) y 1 pingüino de penacho amarillo (Eudyptes chrysocome) regresó al mar durante la mañana del ​ viernes 6 mayo en las playas de San Clemente luego de atravesar un proceso de rehabilitación en la Fundación Mundo Marino. Las aves marinas fueron rescatadas entre mediados de febrero y la tercera semana del mes de abril de este año en distintas localidades del Partido de la Costa y en las ciudades de Pinamar, Valeria del Mar, Villa Gesell, Bahía Blanca y Berisso. En algunos casos, de los rescates participaron Prefectura Naval Argentina, la Estación de Rescate de Fauna Marina Guillermo “Indio” Fidalgo, de Bahía Blanca, y Fundación Rescate Verdemar, de Villa Gesell.

Del momento de la reinserción participaron Gabriel Terny y Juan Pablo Manchiola, directores de Fauna Silvestre y de Biodiversidad, respectivamente, del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires.

“Estas aves aparecieron varadas en la playa con un cuadro comúnmente conocido como el síndrome del pingüino varado. Se encuentran desnutridos y deshidratados, con cuadros de hipotermia y alto grado de parasitismo. Al no encontrar alimento suficiente, pierden la capacidad de termorregular y salen famélicos a nuestras costas. En algunos casos, también la desnutrición se vió acompañada de problemas de muda de su plumaje”, explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.

Respecto al tratamiento que recibieron al momento de su ingreso al centro de rescate, Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino, describió: “Lo más importante en primer lugar es la estabilización del animal. En estos casos, se logra a través de la hidratación con fluidoterapia y terapia térmica con calor para darles confort, dado que, en algunos casos llegan con hipotermia. Estos animales absorben el agua a través del pescado, por lo que, si ​ no encuentran alimento, sobrevienen los cuadros de deshidratación. Una vez estabilizados, les tomamos muestras de sangre y comenzamos a ofrecerles fórmulas de pescado licuado, hasta finalmente darles pescado entero”.

Para darles el alta médico veterinaria y formar parte de un grupo de individuos a ser reinsertados, se les toma una segunda muestra de sangre, se verifica la impermeabilidad de sus plumas, su condición corporal, y actitud comportamental, además de registrar sus medidas morfométricas. Por último se les coloca un chip subcutáneo de identificación: “El chip, a través de un lector, posee un número que, en caso de aparecer en otra geografía, permite identificar el centro de rescate donde estuvo así como el tratamiento que se le brindó”, aclaró Juan Pablo Loureiro.

Por último, acerca del significado de esta reinserción, Andrea Cabrera, vicepresidenta de la Fundación Mundo Marino, sostuvo: “Con ese grupo de pingüinos superamos el número de 10.000 animales atendidos en nuestro Centro desde nuestros inicios hace más de 40 años. Fue un momento muy especial. Nos pone muy contentos no solo por el enorme logro alcanzado, sino porque la historia de Mundo Marino comienza antes de la creación del parque educativo, justamente con la atención a un pingüino empetrolado que necesitaba ayuda. Hoy seguimos en esta hermosa y a su vez difícil tarea de ayudar a la fauna marina afectada por causas antrópicas”.

Un pingüino hallado en Berisso

Entre los 18 pingüinos que regresaron al mar durante la mañana del viernes 6 de mayo se encontraba “Néstor”, un pingüino magallánico que apareció a fines del mes de febrero en la playa La Balandra, de Berisso. En primer lugar fue asistido por Defensa Civil de ese municipio y acogido por la ONG Gestión en Protección y Defensa Animal. Luego, el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires se encargó de su derivación, primero, a la Fundación Temaikén y, finalmente, a la Fundación Mundo Marino.

“Al pingüino lo recibí en nuestro centro de rescate el viernes 25 de febrero al mediodía. Lo trajo personal de Defensa Civil de Berisso. Fue una situación muy atípica porque no es una especie que estemos acostumbrados a tratar. Hemos recibido equinos, coipos y hasta algunas aves rapaces, pero no pingüinos”, sostuvo Elba Tiburzi, presidenta de la ONG Gestión en Protección y Defensa Animal de Berisso.

Por otra parte, Tiburzi agregó: “Yo estaba muy asustada. Mi principal preocupación era que el animalito muriera sin asistencia. A través del Bioparque de La Plata logré recibir recomendaciones de la Fundación Mundo Marino para saber cómo tratarlo. Lo resguardé en una sábana en la enfermería de nuestro centro de rescate y me quedé durmiendo al lado de él toda la noche, hasta la mañana del día siguiente que el personal del Ministerio de Ambiente de Provincia lo trasladó a Temaikén”.

Sobre los pingüinos magallánicos

Esta especie, que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentra en estado de “preocupación menor”, se distribuye a lo largo de todo el litoral Sudamericano, tanto en nuestra Patagonia argentina, como en el sur de Chile. En nuestro país se distribuyen desde Península Valdés, en Chubut, hasta la Isla Martillo, Isla de los Estados e Islas Malvinas, en Tierra del Fuego.

Su ciclo de reproducción se lleva a cabo entre septiembre y marzo. Luego de esa etapa mudan su plumaje e inician su viaje migratorio entre fines de marzo y principios de abril, el cual puede llegar hasta la latitud de Río de Janeiro. Durante ese viaje anual de alrededor de 6 meses pueden recorrer un total de 5000 kilómetros. En cuanto a su alimentación su dieta se compone de peces como anchoítas, sardinas y merluzas; moluscos, como calamares, y crustáceos, como el langostino. El viaje migratorio se relaciona con el movimiento estacional que realiza la anchoita, una de sus principales presas, que durante nuestro invierno, luego de haber migrado desde nuestra Patagonia, desovan en las costas de Brasil.

Sobre los pingüinos de penacho amarillo

Según la UICN su estado de conservación es “vulnerable”. En cuanto a su distribución se encuentra en las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur. En nuestra patagonia, existen colonias en la Isla Pingüino, en Santa Cruz, y en la Isla de los Estados, en Tierra del Fuego. Al igual que en el pingüino magallánico, su ciclo reproductivo se desarrolla entre septiembre y marzo. En cuanto a su alimentación, sus presas se componen de crustáceos, calamares y peces.